Ruta de al-Mutamid

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Itinerario integrado en

Las Rutas de El legado andalusí

Itinerario Cultural del Consejo de Europa

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LA RUTA DE AL-MUTAMID

La Ruta de al-Mutamid recuerda al llamado rey poeta nacido en la ciudad portuguesa de Beja y que llegó a ser rey de la Taifa de Sevilla. Enamorado y erudito conocedor de la música y la poesía, su periplo vital lo llevó a ser gobernador de Silves antes de convertirse en señor de Sevilla.

La ruta es un recorrido apasionante que parte de tierras lusas y que, en sus dos ramales, abraza el ángulo suroeste de la península Ibérica. Paisajes muy diferentes hacen de ella una de las más ricas, no sólo en patrimonio monumental sino también en espacios naturales. Se puede palpar la continuidad histórica de los pueblos del Alentejo y el Algarve con relación a Andalucía occidental, pues hubo un tiempo en que toda esta zona del mundo se llamaba al-Andalus.

La Ruta se inicia en Lisboa, frente al Océano Atlántico, y acaba en Sevilla, dónde reinó su dinastía. El tramo que aquí presentamos empieza en la ciudad de Aljezur, que debió ser, en época musulmana, casi una isla rodeada por una laguna marina, y finaliza en Cortegana, en pleno Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.

RECORRIDO

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Aljezur

Praia da Arrifana

Sagres

Cabo Sao Vicente

Silves

Fortaleza

Albufeira

Vista aérea

Loulé

Muralla suroeste

Paderne

Castillo

Tavira

Puente

Huelva

Monumento a Cristóbal Colón

Niebla

Puente romano sobre el río Tinto

Almonaster la Real

Vista nocturna

Cortegana

Vista desde el castillo

RECORRIDO

Cortegana
Cortegana
Durante el período de al-Andalus, el geógrafo al-Himyari se refiere a esta población como Cartsana. En los fueros que Alfonso X el Sabio confirmó el 10 de agosto de 1284, Cortegana es nombrada como villa de Sevilla. Su fortificación, y la construcción del castillo, son fruto de las disputas entre Castilla y Portugal por la sierra, a fines del siglo XIII y principios del XIV. Este castillo se alza sobre un cerro a más de 700 metros de altura, y en su zona oriental alberga la ermita de Ntra. Sra. de la Piedad. El patio de armas es de pequeñas dimensiones, y el alcázar, de dos plantas, está formado por un gran bloque en forma de trapecio, en cuyo ángulo sureste se alza la torre del Homenaje. El castillo tiene 40 metros de longitud, con cuatro torres rectangulares y una semicircular. La iglesia, situada en el centro de la población, ocupa el espacio de una antigua iglesia mudéjar del siglo XIV, y fue construida a finales del XVI. Es más fácil trasladarse con la imaginación a la época en que se construyó el castillo visitando Cortegana en agosto, cuando se celebran sus Jornadas Medievales, las más antiguas de Andalucía y una de las más importantes de España, durante las cuales los vecinos y visitantes se visten de cortesanos, juglares o caballeros, y disfrutan de los famosos Conciertos de Música Celta (Festival Internacional) con importantes grupos a nivel mundial.
Almonaster la Real
Almonaster la Real
A la Edad del Bronce (3.000 a.C.) se remontan los primeros vestigios de poblamiento en esta zona de la Sierra. El origen del municipio parece encontrarse en un primitivo establecimiento religioso visigodo hallado junto al castillo. No será hasta el siglo IX cuando encontremos la primera cita documental sobre Almonaster. Su actual denominación procede del término árabe Al-Munastyr, usado por los musulmanes para designar los templos cristianos antiguos. En esta época se construye la mezquita, auténtico símbolo de la ciudad. Tras permanecer bajo la tutela de los arzobispos de Sevilla casi tres siglos, se convierte en Villa de realengo a partir de 1580, añadiendo “la Real” a su toponímico. El casco urbano de la Villa está declarado BIC y su importante patrimonio histórico, artístico y etnológico, le hacen ser uno de los municipios más importantes de la comarca. Almonaster la Real es tierra de jamón y de carnes ibéricas, aunque no hay que perder la ocasión de probar el queso de cabra, o de adquirir la miel, el vino tinto y el anís que se elaboran en el pueblo. Cada mes de octubre se celebran las “Jornadas de Cultura Islámica”, que se han convertido en una cita cultural ineludible en el calendario de la ciudad.
Niebla
Niebla
Cuando Niebla es ocupada en 713 por los musulmanes pasó a ser una provincia de su demarcación territorial, una cora. La ocupación musulmana acabará con el asedio de Alfonso X a la ciudad, que terminará cayendo en 1262, y durante el cual, según dicen, se utilizó la pólvora por primera vez en Occidente. Aún se conserva el alminar del siglo XI de la antigua mezquita, sobre la que fue construida la iglesia de Santa María de la Granada en el siglo XIII. Una pequeña puerta en arco de herradura da paso al Patio de Abluciones, anexo al templo. Junto a la Puerta del Socorro, encontramos la iglesia de San Martín. Levantada en la primera mitad del siglo XIII, en ella destacan su capilla con la imagen del Señor de la Columna, el ábside y la portada en arco de herradura. Del primer recinto de murallas de época islámica perduran restos en el Desembarcadero, y se conserva casi por completo el último perímetro de murallas edificado sobre el musulmán, excepto al noroeste, donde se destruyó la alcazaba para levantar el Castillo de los Guzmán. Don Enrique de Guzmán, segundo duque de Medina Sidonia y cuarto conde de Niebla, derribó el alcázar viejo y construyó un gran palacio, respetando gran parte del anterior y reconstruyendo la Torre del Homenaje, que fue la segunda torre en altura de toda Andalucía, hasta su destrucción en 1755.
Huelva
Huelva
Al entrar en la ciudad de Huelva, se accede a una cultura milenaria. Bajo sus calles yace la civilización tartésica (siglos VIII a VI a. C.), y desde entonces su historia está unida a la extracción y transformación de minerales. La necrópolis de La Joya ha revelado la riqueza y antigüedad de la presencia de Tartessos. La Beturia romana abarcaba el territorio entre el río Anas (Guadiana) y el río Betis (Guadalquivir). La Onuba Aestuaria, que citan Ptolomeo y Plinio, llegó a tener suficiente importancia como para acuñar moneda propia. En el año 713 es conquistada por los musulmanes, que la llaman Welba, y esta denominación andalusí es la que ha perdurado; fue reino de taifa independiente hacia 1032, junto a Niebla, Silves y Saltés, con la dinastía de los Bekríes, señores de Huelva y Saltés. Por sus calles aún se respira la atmósfera primigenia de los descubrimientos, pues aquí nació gran parte de la gesta americana, con fray Juan Pérez y fray Antonio de Marchena que, desde el monasterio de la Rábida alientan los esfuerzos de Colón; las naves que parten, sin saberlo, hacia el Nuevo Mundo, son onubenses, así como gran parte de su tripulación. En 1833, Javier de Burgos nombra a la ciudad capital de la provincia del mismo nombre, y este hecho, junto a la llegada a Riotinto de compañías mineras inglesas en 1873, sitúa a Huelva en un proceso de desarrollo demográfico e industrial que durará siglo y medio. Entrado el siglo XXI, Huelva se nos presenta como una ciudad abierta, dinámica en la que las compras, la cultura y su prestigiosa gastronomía se dan la mano para hacer de su visita una experiencia a repetir.
Tavira
Tavira
La historia de Tavira se pierde en el tiempo. Ciudad de múltiples tesoros, llena de rincones con encanto y atravesada por el río Gilão, permite que el viajero recorra su historia con tranquilidad. Sus veintiuna iglesias, de varios estilos arquitectónicos (gótico, manuelino, renacentista, estilo chão y barroco) son como una lección de Historia del Arte. Edificios civiles y militares notables se pueden observar en las dos orillas del río, unidas por un puente medieval de travesía obligatoria. Es imprescindible visitar el castillo musulmán y cristiano, con vistas al conjunto edificado, la sierra, el mar y la Ria Formosa. Una vez en la antigua alcazaba, se puede visitar también la cercana iglesia de Santa Maria do Castelo, construida sobre la antigua mezquita. Parte de la historia de la ciudad se encuentra materializada en sus museos y núcleos museológicos, que presentan una programación dinámica y se encuentran muy cerca del castillo. El paisaje natural del entorno de Tavira, integrado en el Parque Natural da Ria Formosa, tiene varios reconocimientos internacionales. Este sistema lagunar está delimitado por un conjunto de islas con playas paradisíacas como la de Barril, Terra Estreita, Ilha de Tavira o Cabanas de Tavira, que se pueden visitar haciendo una breve travesía en barco y aprovechando para observar las innumerables especies animales y vegetales que existen. Tavira es la comunidad representativa de Portugal de la Dieta Mediterránea, clasificada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2013.
Loulé
Loulé
Situada en pleno corazón del Algarve, este municipio es uno de los mayores de la región y por él han pasado romanos, visigodos y musulmanes. Al-Ulya (Loulé) es descrita por primera vez en vísperas de la reconquista, en las crónicas de Ibn Saíd que la describen como una medina fortificada y próspera, perteneciente al Reino de Niebla y bajo el control de la Taifa de Ibn Mahfuz. El recinto amurallado de la Medina incluye la Alcazaba donde, bajo dominio cristiano, se instaló la Alcaidaría, los baños públicos (hammam) y la Mezquita, cuyo alminar es hoy la torre del campanario de la Iglesia de San Clemente. Fue en 1249 cuando Alfonso III con la ayuda de D. Paio Peres Correia, Caballero de la Orden de Santiago, conquista el Castillo de Loulé a los musulmanes, integrándolo en la Corona Portuguesa. En ese momento, en 1266, se concede a Loulé el título de Vila. En estos años, los musulmanes expulsados de la ciudad se asientan en las afueras dando lugar al Barrio de la Morería, en el que aún hoy, vemos sus calles estrechas y sinuosas.
Paderne
Paderne
El castillo de Paderne, situado a 2 kilómetros al sur de la localidad, forma parte del origen de la actual población. Se trata de una fortaleza construida en el siglo XII para reforzar la línea defensiva del Algarve musulmán. Conquistado por los portugueses en 1248 y donado por el rey Dinis a la Orden de Avis en 1305, la población y su iglesia mayor se mantuvieron allí hasta que, a principios del siglo XVI, se trasladó desde el interior de las murallas a su actual ubicación, donde se construyó un nuevo templo. El castillo fue abandonado y se fue deteriorando progresivamente hasta que en la antigua iglesia se dejó de oficiar definitivamente en 1858. A principios del siglo XVI, la población se trasladó desde su situación intramuros del castillo a la actual localidad. El pueblo fue creciendo hacia el oeste de la nueva iglesia mayor, a lo largo de una calle recta –actual Rua Miguel Bombarda-, que se convirtió en el principal eje vial del centro primitivo de la localidad. Las transformaciones realizadas en la construcción del centro de Paderne y el crecimiento del área urbana reflejan, quizás de una forma más acentuada que en otras localidades de la región, las vicisitudes históricas del Algarve rural desde el siglo XVI hasta nuestros días.
Albufeira
Albufeira
La luminosa Albufeira se ciñe al mar. En la al-Buhera andalusí se construyen fortificaciones que la convierten en una importante defensa de los musulmanes frente a los cristianos. Sin embargo, en 1250 Alfonso III conquistó la villa con más de 200 caballeros y esta fue incorporada al reino del Algarve. La muralla de la Medina rodeaba el casco antiguo, con sus callejuelas antiguas y su caserío. En su origen tenía tres puertas y nueve torres de las que hoy en día sólo se pueden contemplar una torre en ruinas, parte de la Puerta de Santa Ana y una torre defensiva de la puerta norte. Frente al Museo Arqueológico se conservan restos de la Alcazaba, que posiblemente tienen su origen en un hisn de época Omeya. Por la Rua Henrique Calado se llega a la Misericórdia, institución fundada en 1499 como Hospital, Hospedería y Capilla, fue inicialmente templo de uso exclusivo para el Pazo de los Gobernadores. En el Patio da Câmara aún se pueden ver restos de un templo tardo-gótico, la Iglesia de Santa María, antigua parroquia de Albufeira que fue levantada en el mismo lugar donde antes se erigía la mezquita y que fue devastada por el terremoto de 1755. A propósito de la gastronomía de Albufeira, destacan naturalmente los sabores del mar, con una gran presencia de sardina, rodaballo, lenguado y marisco fresco.
Silves
Silves
A 1 km. de la actual ciudad se sitúa el Cerro da Rocha Branca que, según los trabajos arqueológicos que en él se han efectuado, estuvo ocupado desde la Edad del Hierro hasta la época islámica. Se trataría de un puesto comercial de probable fundación fenicio-púnica, que mantuvo un carácter portuario a lo largo de las épocas romana e islámica, siendo por tanto el asentamiento más antiguo de la región, con un cierto carácter urbano. En el actual estado de la investigación histórico-arqueológica, no se comprueba que el cerro en el que se sitúa la actual ciudad de Silves haya tenido ocupación anterior a los siglos VII-VIII, lo cual lleva a concluir que es de fundación islámica. Ya en el siglo X hay referencias a su castillo, y es también durante el califato de Córdoba cuando la ciudad se convierte en capital de la provincia de Ocsonoba, hasta entonces liderada por la ciudad de Faro. Su rápido desarrollo se corresponde con su prosperidad económica, que no puede ser disociada de la importancia de la construcción naval y de la dinámica de su puerto comercial. La ciudad alcanza su apogeo durante la fase de autonomía como reino taifa (1131-1068), que perdura durante el largo período en que integra en el Reino abbadí de Sevilla, con al-Mutamid como gobernador y figura fundamental de su historia. La fascinación que el rey poeta tenía por la ciudad de Silves y sus habitantes era tan grande que la retrata de una forma apasionada en su amplia obra poética.
Sagres
Sagres
En la esquina suroeste de Europa el antiguo Promuntirium Sacrum es un altiplano triangular, con vertientes marítimas cortadas por acantilados y cuyo vértice suroeste se bifurca en varios cabos, como el cabo de São Vicente, la punta de Sagres y la punta de la Atalaia. Los textos de la Antigüedad Clásica describen estos parajes como una finisterra envuelta en neblinas y sumergida en el misterio de las incertidumbres oceánicas. Tradicionalmente, los naturales de esta región no se consideraban a sí mismos del Algarve, ni tampoco las poblaciones vecinas los tenían como tal. En esta región se conocen restos de asentamientos prehistóricos y destaca la impresionante cantidad de menhires del Neolítico. El cabo fue ocupado por comunidades con una organización política más compleja y estratificada, y desde principios del 1000 a. C., estas comunidades entraron en contacto con los mercaderes fenicios. Cuando los productos del entonces Extremo Occidente empiezan a atraer, de forma regular, a los navegantes del Mediterráneo, Sagres entra definitivamente en la historia y en la leyenda del Viejo Mundo como un enclave consagrado a los dioses. Se cuenta que en el siglo VIII y de acuerdo con esta tradición sagrada, los restos mortales de San Vicente Mártir fueron traídos desde Valencia y depositados en la Iglesia del Cuervo. Tres siglos más tarde, en 1443, Enrique el Navegante obtiene el permiso de la Corona para fundar una villa en Punta de Sagres.
Aljezur
Aljezur
Vestigios del pasado prehistórico certifican la importancia de este municipio, sin embargo, es en el periodo de dominación musulmana (siglos VIII-XIII) del que se mantiene mayor esplendor arqueológico. Durante cinco siglos permanecieron en la región dejando sus costumbres y tradiciones que perduran hoy en día y de las que tenemos muestras en la artesanía o la gastronomía. Su situación, al noroeste de la Región del Algarve, en plena costa Vicentina, hace que sus características ambientales sean únicas. Su orla costera bien conservada, asociada a un paisaje y a una cultura tradicional hacen de Aljezur una parada obligatoria en la ruta.

HACER LA RUTA

La Ruta de al-Mutamid dispone de una infraestructura de apoyo al viajero compuesta por señales, guía de ruta y folleto/mapa.

La ruta está señalizada mediante postes indicativos direccionales en las localidades que la integran, placas identificativas en los puntos de información de la Ruta y tótems con información relevante, tanto en castellano como en portugués, sobre el proyecto al-Mutamid, la Ruta y el municipio que alberga la señal.

Desplegable Ruta de al-MutamidEl folleto/mapa desplegable es una de las  herramientas del viajero para interpretar correctamente la Ruta. Contiene información básica del recorrido, plasmada en un formato idóneo para la consulta rápida en ruta. El folleto está editado en castellano y portugués.

Guía de RutaLa guía de ruta bilingüe es el elemento imprescindible para el viajero. Consta de una parte introductoria sobre el proyecto y los distintos aspectos de la Ruta (paisaje, historia, gastronomía, música, etc) además de información sobre cada uno de los municipios incluidos en la misma.

Para tener una visión más técnica y exhaustiva sobre distintos aspectos de esta Ruta, se ha realizado un Estudio Cualitativo y Cuantitativo sobre las áreas que la componen y una Estrategia Integrada de Marketing aplicada a la Ruta de al-Mutamid.

PROYECTO AL-MUTAMID

El turismo cultural como instrumento de desarrollo integrado de los recursos y del patrimonio histórico-cultural entre la frontera de Andalucía y Algarve.

Este proyecto se enmarca en el Programa de cooperación transfronteriza España-Portugal 2007-2013 y está cofinanciado con fondos FEDER. La Fundación Pública Andaluza El legado andalusí lidera el proyecto y cuenta como socio con CECA (Confederación Empresarial de Comercio de Andalucía) en territorio andaluz, y la Dirección Regional de Cultura del Algarve, los Ayuntamientos de Silves y de Tavira y la Asociación de Defensa del Patrimonio Histórico y Arqueológico de Aljezur en territorio portugués.

El objetivo de este proyecto es mantener y promover el turismo de calidad basado en un desarrollo sostenible y en la puesta en valor de una historia común.

Esta Ruta transfronteriza (que se une en Sevilla a la de Washington Irving) viene a materializar, en una primera fase, la Ruta de al-Mutamid, la única de Las Rutas de El legado andalusí que llega hasta Portugal.

Con ésta, serían cinco las rutas materializadas por la Fundación, que junto con la del Califato, da le los Nazaríes, la de Washington Irving y la de los Almorávides y Almohades, declaradas Itinerario Cultural del Consejo de Europa, ofrecen al viajero caminos históricos llenos de cultura, tradición y patrimonio.